La pulpería

Simplemente la pulpería de la esquina cerró hace años. Ahora abro yo una pulpería pequeña acá en un espacio de la web. Más ésta no es como la del pueblo, donde hay de todo, simplemente hay lo que pude conseguir.

sábado, 2 de mayo de 2009

Tres días de descanso y un susto

La voz sonaba un poco ansiosa por el teléfono. –Tiene que venir lo más pronto posible, la doctora la tiene que revisar. – No había mucha opción así que decidí salir cuanto antes para que me evaluara un médico.

Había regresado de México el 13 de abril con una infección respiratoria que ya había sido tratada con antibióticos aunque aún no me recuperaba del todo. En condiciones normales hubiera dejado que el tiempo hiciera su trabajo, pero bajo las nuevas circunstancias esto no era posible.

El 24 de abril de 2009 el gobierno mexicano cerró temporalmente las escuelas debido al surgimiento de un brote de un nuevo tipo de influenza que ya había dejado muertos. Así que el 27 de abril después de haber hecho el reporte telefónico de mi viaje a México la secretaria me devolvió la llamada y con voz nerviosa me pidió ir cuanto antes.

La doctora me hizo respirar varias veces, me iluminó los oídos y finalmente me envió de emergencia para la Clínica. Tal premura en los servicios del Seguro Social es completamente anormal, así que me asusté.

La Clínica, como siempre, era un hervidero de gente, niños llorando, personas quejumbrosas de mirada caída y yo ni siquiera sabía a dónde o quién dirigirme. Una enfermera pasó y me vio deambulando frente a la puerta de emergencias, no sé si mi susto era tan evidente que me prestó atención de inmediato y se llevó el papel que le di presurosa, mientras me dejaba con la palabra México colgada de los labios.

Regresó con dos cubrebocas que me hizo colocar rápidamente. Sentí como un abismo se abría entre mis vecinos y yo. De repente en aquella multitud yo tenía un espacio para mí sola. Esperé poco rato y el médico me recibió con un cubrebocas grande que solo acrecentó mi ansiedad.

Nuevamente respirar profundo, nuevamente los oídos iluminados, la boca grande abierta… todo de nuevo. – Todo indica que esto no es- La voz más dulce que nunca haya oído. – Esto es una bacteria, le voy a mandar un medicamento más fuerte, un reposo de tres días, exámenes de sangre y se deja la mascarilla puesta hasta que salga de la Clínica-.

Fue así como esto del brote de la gripe H1N1 me dio un gran susto y un descanso de tres días por un dolor de glándulas y una congestión leve. Salí de la Clínica con un círculo de soledad a mi alrededor.

4 comentarios:

  1. Pecao la Boom! Bueno, pero por dicha no andás diciendo oink oink. Jijiji. Un besote!!!

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  2. ;( pobre Boom!!! te vieron cara de cosa contagiosa... "¿se siente mal?"

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  3. Jejeje pues no Charlie lo mejor del caso es que yo me sentía bien....

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  4. Ya podés decir que fuiste protagonista de una de las epidemias más raras de los últimos años... y no me refiero solo a los misteriosamente chanchudo del asunto, jeje. Me alegra que al final tus mocos no fueran con sabor a chicharrón. ¡Qué cerda! (Literalmente).

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