La pulpería

Simplemente la pulpería de la esquina cerró hace años. Ahora abro yo una pulpería pequeña acá en un espacio de la web. Más ésta no es como la del pueblo, donde hay de todo, simplemente hay lo que pude conseguir.

miércoles, 12 de marzo de 2008

La desconvocatoria de la huésped

Cuando llegó con su dolorosa maleta yo no la escuché llegar. Sólo me percaté de su presencia meses después. ¿Qué si yo la convoqué? Pues sí la convoqué, pero me arrepiento y ahora no se quiere ir. Después de una depresión fuertísima, como las que se suelen tener a los 16 años, la artritis llegó con todas sus cosas a mi vida. Se sentó a la mesa, se sirvió el café, el huevo, el jugo y la fruta y se instaló.
Ahora, 12 años después le inicié el proceso de desahucio, pero ella se aferra y no deja mi cuerpo.
Lo último que me hizo fue doblarme el brazo. Si, literalmente ando como Nemo, el pez, con una aleta más corta que la otra. Intenté con homeopatía varias veces, pero parece que eso de las pastillitas de azúcar no le hizo gran cosa, más bien la encolerizó. Después seguí con la acupuntura y eso si que la hizo hacer la maleta y buscar la salida, pero no llegó a la puerta, porque el proceso es bastante caro.
A veces pienso si no será suficiente con desconvocarla, si tan fácil llegó, porque no podrá irse igual de fácil.
En las noches me hace pensar en ella, las articulaciones empiezan a lamentarse y entonces yo la maldigo.
Es una relación díficil la que llevamos. Ella es como cuidar una niña hiperactiva, me absorbe la energía después de un día entero de batallar con ella.
Después de 12 años, creo que ya es tiempo de decirle claramente que se vaya. En mi casa ya no cabe, tengo muchas otra cosas que poner, muchos libros que acomodar, me quita espacio para cosas vitales. Tengo que reconocer que ella estuvo conmigo en los momentos más difíciles, eso sí haciendomelos más difíciles, pero estuvo al fin y al cabo. -Lo que pasa niña-artritis-hiperactiva es que ya creciste, es hora de que te vayas de acá-