La pulpería

Simplemente la pulpería de la esquina cerró hace años. Ahora abro yo una pulpería pequeña acá en un espacio de la web. Más ésta no es como la del pueblo, donde hay de todo, simplemente hay lo que pude conseguir.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El papalote

Hoy es uno de esos días en que quiero dejar de trabajar para vivir. Uno de esos momentos en que simplemente quisiera suspender todos los compromisos y largarme con la mochila al hombro.

Me imagino sin la rutina laboral y la lista de cosas por hacer se desborda. Lo malo es que estoy acá como un papalote con el hilo atado a tierra. Espero alguna ráfaga de viento que me lance a las alturas y la cuerda se corte por lo más delgado.

6 comentarios:

  1. Hola Nan! Vieras que hoy hablaba casualmente sobre eso con una amiga publicista. No sé cómo será percibido en perio pero a muchos de nosotros (publicistas, me refiero) cuando llegamos a cierto estado de saturación del propio ambiente, es cuando comienzan a aflojar otras tareas y otros proyectos complementarios (no publicitarios necesariamente... en mi caso comic, cine, literatura) y que, a final de cuentas son los que uno quisiera le dieran de comer para siempre. Pero creo que el esfuerzo por lograr eso también hace muy interesante el camino en sí. Saludos!

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  2. Uyyy Boom! Qué rajado! Precisamente, hoy hablaba con Gi de eso. Andábamos buscando una simple excusa, cualquiera, para dejar todo botado y salir corriendo.

    "Lo malo es que estoy acá como un papalote con el hilo atado a tierra. Espero alguna ráfaga de viento que me lance a las alturas y la cuerda se corte por lo más delgado".

    Sip, así me siento.

    Saludos querida!!

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  3. Me sentí súper identificada, sí a veces uno quisiera dejar todo atrás, sin que no haya preocupaciones de por medio y de vez en cuando, podemos darnos ese gusto.

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  4. My darling me indentifico el 100% con vos!

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  5. Gracias chicas y chico... qué será la cosa? La edad? la vida? Algo tenemos que hacer para convertirnos en aves y dejar de ser papalotes

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  6. Mae, qué metáfora tan linda. Amiga, pero creo que igual se puede ser papalotes con un hilo largo, muyyyy largo, y sentir que es rico estar atados a tierra, aunque subamos tan lejos que a veces ni nos acordemos. A mí siempre me dio miedo ser papalote, pero ahora disfruto volando lejos, con la mochila, y saber al mismo tiempo que hay un hilito que me une a otras cosas que me atan a otra parte de la vida...

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