La pulpería

Simplemente la pulpería de la esquina cerró hace años. Ahora abro yo una pulpería pequeña acá en un espacio de la web. Más ésta no es como la del pueblo, donde hay de todo, simplemente hay lo que pude conseguir.

sábado, 10 de octubre de 2009

Cortarle las uñas al autoritarismo


Añado un extracto de la intervención de Dora María Téllez en un foro en la Universidad de Costa Rica sobre la crisis en Honduras.

Cuando en noviembre del 2008 llegó la noticia de un fraude electoral en Nicaragua vino acompañada de una huelga de hambre de una mujer muy conocida en ese país: Dora María Téllez, “La Comandante”, como le dicen algunos de sus compatriotas.

Esta ex guerrillera sandinista que tomó el Palacio Nacional junto con Edén Pastora en 1978 y que fue Ministra de Salud y diputada, luego formó el partido político Movimiento Renovador Sandinista, en 1995, luego de abandonar el Frente Sandinista de Liberación Sandinista.

Dora llegó a Costa Rica el pasado 6 de octubre a hablar sobre la crisis hondureña en una actividad convocada por CEJIL y compartió el espacio con la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, con el sacerdote jesuita hondureño, Ismael Moreno, y los costarricenses Marcia Aguiluz y Manuel Rojas.

Más allá de Honduras, "la Comandante" habló de Centroamérica, de democracia, de autoritarismo. Con toda la autoridad moral que puede tener una mujer de 53 años que vivió la guerra empezó a desgranar la mazorca regional con gran claridad.

Ella recordó que tres generaciones de su familia estuvieron luchando contra la dictadura somocista y tuvieron que salir al exilio. “Cuando yo hago el recuento de mi generación tengo sillas vacías” e igual pasó en Honduras, El Salvador y Nicaragua. Si bien la democracia se instaló tímidamente en Centroamérica luego del conflicto el autoritarismo renace de vez en cuando, según ella, en el Ejército, las instituciones y las élites políticas que son las mismas que estaban presentes durante la guerra.

Comentó entonces que en una entrevista publicada por el periódico español El País un militar hondureño aseveró que sacaron al presidente Manuel Zelaya del poder porque “el ejército hondureño no puede convivir con un gobierno de izquierda.” Entonces, ¿dónde queda la democracia, si para la izquierda no es posible llegar al poder?. Y bien lo dijo Dora María “El problema de Centroamérica no es la izquierda versus la derecha, el problema de Centroamérica es el modelo autoritario, el ejercicio autoritario del poder en contra de vocación democrática de los pueblos centroamericanos.” Ese es para ella el nudo de la cuestión y que se da no sólo en Honduras, sino también en los demás países de la región.

La democracia de la élite y de los partidos políticos ya pasó de moda, la democracia es más amplia, es la de una ciudadanía activa, pensante, que se ocupa y preocupa de los problemas de Estado y que tiene derecho a eso. No es posible limitar la democracia al ejercicio del sufragio cada cuatro o cinco años. La democracia debe permitir la discusión de los temas públicos no sólo entre las élites políticas, sino, entre la totalidad de la ciudadanía. Y ese es el problema de fondo en la crisis hondureña y en muchos de los problemas en Centroamérica.

El detalle es que las élites no están acostumbradas a que se metan en lo que consideran sus feudos. Ellas están acostumbradas a arreglarse entre ellas, a negociar y cederse cosas y perpetuarse en el poder y eso no es democracia. Lo que pasa es que algunos solucionan eso con golpes de Estado, otros con fraude electoral, algunos con nombramientos irregulares en los órganos de poder, otros manipulando y controlando el poder judicial y el legislativo. De lo que no se han dado cuenta las élites oligárquicas centroamericanas es que la ciudadanía está viva, despierta, exigiendo participar y ser tomada en cuenta.

Gracias Dora María por venir a recordarnos que estas “democracias” nos quedan pequeñas a los pueblos de Centroamérica.

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