La pulpería

Simplemente la pulpería de la esquina cerró hace años. Ahora abro yo una pulpería pequeña acá en un espacio de la web. Más ésta no es como la del pueblo, donde hay de todo, simplemente hay lo que pude conseguir.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Como duele Nicaragua

En vista del reclamo sobre crear expectativa y luego no contar nada, pues voy a comenzar por el principio.

Mi primera visita a Nicaragua me impresionó muchísimo los grandes contrastes eran dolorosos. Una tierra hermosa con unos recursos increíbles y con una bandada de niños y niñas en las calles trabajando, pidiendo limosna, sobreviviendo al abandono….
Esta segunda visita a Nicaragua en septiembre de 2008 la verdad me dejó en shock.
Las rotondas estaban tomadas por la campaña contra el odio. Esto no era más que un puño de gente de las afueras de Managua a las que el gobierno de Ortega les paga 7 dólares diarios por tomar cada una de las rotondas de la ciudad, les da tres comidas diarias y trasporte ida y vuelta a sus hogares. Su trabajo es agitar las banderas rosadas como un aviso para quienes osen protestar contra cualquier cosa. La verdad al principio pensé que era una secta evangélica que se había tirado a la calles a capturar a la población.

El otro tema que me dejó en ascuas fueron las múltiples amenazas contra el Movimiento de Mujeres por parte del gobierno nica. Incluso hicieron spots publicitarios en contra de personas e instigan a la población a atacarlas. Se iniciaron investigaciones por parte del Ministerio Público sin notificarle a las partes, sin decir por que se les acusaba. La verdad es que todo olía a persecución política.

Por eso mismo yo tenía miedo. Las reuniones a las que íbamos eran con el Movimiento de Mujeres. Además ya Ortega había amenazado con repetir las acciones de Chávez en Venezuela, en contra de Human Rights Watch. Esta organización también estaba en el evento al que íbamos. En fin todo apuntaba a que podían tacharnos de injerencistas, de imperialistas, en fin…

No puedo pasar por alto la cadena televisiva que vi. Aparecía Rosario Murillo, la esposa de Ortega, primera dama y casi presidenta con pulseras cubriéndole todo el antebrazo y anillos en los diez dedos de las manos. Era simplemente como ver a Walter Mercado versión femenina hablando sobre asuntos de Estado. Sencillamente era raro.

Durante el viaje me contaron de una marcha en la que los sandinistas habían bajado de los autobuses a las personas que se dirigían a la misma y atacado automóviles de la oposición.

No me echaron de Nicaragua, pero quedé con una desazón con la que no había llegado. Escuché de manera reiterada que las cosas no estaban bien que era posible que estallara.

Luego me enteré por un amigo que en las elecciones municipales de noviembre pasado las urnas se cerraban a las 6 de la tarde, sin embargo, él llegó a las 4 y ya habían cerrado la suya. Según me comentó ya habían advertido a los sandinistas que tenían que ir a votar temprano. Mientras tanto el reo Alemán sigue paseándose por su cárcel llamada Nicaragua.

Todo esto para decirles que no veo mucha luz al final del túnel.

2 comentarios:

  1. Mae, puchica, qué rudo! Nicaragua siempre ha sido tierra de contrastes, pero no sabía que la cosa estaba así. ¿Sabés qué es lo más triste? Que si no fuera por vos, no me hubiera enterado. Me duele que estas cosas se invisibilicen por parte de la "gran maquinaria".

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  2. Eso del odio se parece a los dos minutos de odio descritos por Orwell en 1984. Nicaragua, Nicaragüita. ¿Para eso murieron tantos hace 30 años? ¿Para eso hace 30 años desfilamos por San José? Entiendo la desazón. Y lo de la Rosario no tiene nombre.

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