Casi acabando el 2009 llegó el recordatorio de que no importa que hayamos tomado buenas decisiones y que hayamos trabajado por nuestros sueños, seguimos siendo humanos y los humanos no somos perfectos.
Los errores ajenos a veces son difíciles de comprender, no digo que los propios tampoco lo sean, pero estos al menos son nuestros. Este golpe vino por allí, fue la caída de un ser querido al que pensaba (soñaba) inmune.
Esa es la gran enseñanza del 2009 no somos perfectos. Luego de muchos golpes aprendí a rehuirlos, a ponerme una coraza. Sin embargo, este me agarró desprevenida, desprotegida. A pesar de ello algo saqué de ganancia, supe que el amor es más grande que las metidas de pata. Que la vida es eso, amarnos hasta que nos duela. Por eso este final de año me duele todo, pero sé que soy amada y que amo. Este post es para ustedes las/os que me enseñaron este año que el amor lo cura todo.