En la cárcel por twitear

Hace poco entré al mundo del Twitter. Me había resistido a entrar pero el morbo de criticar en conjunto un programa nacional me hizo entrar en el delirio del twitteo los martes en la noche. Por dos horas a la semana me enchufo a qqsm# y me muero de la risa con las críticas a Ignacio Santos, a los participantes, a los acompañantes, a las preguntas, en fin hasta de los anuncios que dan en Quien Quiere Ser Millonario.

Pues bien, una vez ya atrapada en Twitter, se da a conocer el video de un abogado guatemalteco que fue asesinado y que señala en el famoso video que quienes lo mataron son el presidente Álvaro Colom, su esposa y otras personas cercanas al gobierno. Esto según él para encubrir una serie de actos corruptos en Banrural, banco en el cual el gobierno tiene acciones.

Al día siguiente de la increíble noticia el twitter ardía y todo se podía leer en escandalogt#. Muchas persoans ponían sus opiniones sobre el video, escribí dos líneas comentando el problema de la impunidad en Guatemala, leí lo que habían puesto otras personas y listo.

Luego, me enteré de que uno de los twitteros chapines que estaban en escandalogt# estaba detenido simplemente por haber propuesto en Twitter que las personas que tenían dinero en Banrural lo sacaran de las cuentas para que los corruptos se quedaran sin dinero.

Mientras tanto las personas que mataron al abogado Rosenberg están libres y no hay sospechosos. ¿Será acaso que el delito de pánico financiero se puede cometer así no más?. Entonces ¿el amigo que decía que Scotiabank es una porquería, que nunca abriera una cuenta allí, también es un delincuente?. ¿Y él que dice que al Banco de Costa Rica ni se me ocurra ir porque ahí son unos filones y que el servicio al cliente es pésimo, ese también? Entonces ¿toda esa gente que escribe en cartas de La Nación se le podrá meter a la cárcel?

Yo lo que entendía hasta el momento es aquella frase de cuentas claras chocolate espeso. Recuerdo cuando corría el rumor de que el BAC San José iba a quebrar y entonces el banco y las autoridades estatales que supervisan los bancos salieron al paso a defender la solvencia del banco. No hubo detenidos, ni mucho menos, esto a pesar de la díficil situación en la que pusieron al banco.

Moraleja: Mejor rindan cuentas, investiguen a los asesinos y dejen de meter a la cárcel a la gente que dice lo que piensa, si quieren defenderse defiéndanse con la transparencia.

Pd: Cuando el río suena, piedras trae...

El muerto

Un fragmento muy oscuro del baúl de los recuerdos

En mi casa siempre nos vestimos de luto. Se nos murió el amor a latigazos, la vida se nos escapó en medio de los golpes. Mientras ellos persiguen excusas a nosotros nos llega a buscar la muerte todos los amaneceres, todas las tardes, todos los malditos días. Él y yo luchamos, ciegos, mancos, cojos y con la amargura a las espaldas.

Cuando yo viva contigo

Para el ave. - Exorcizando viejos demonios-

Cuando yo viva contigo y nos adaptemos al ritual de los viernes, al jolgorio del sábado y la comida del domingo, seremos dos más que han caído en la trampa. Seremos de esos que piensan que pueden vivir del amor, que nunca se romperan las promesas, que la belleza es eterna.

-Lo sé- Yo no podría vivir contigo. Mis primaveras no me lo permiten. Me cansaría de cocinar con mucho chile, de escuchar tus idioteces, de beberme tus mentiras y reconocer tus disfraces.

No soportaría usar siempre el chaleco antibalas y evadir las puñaladas por la espalda. Sin embargo, lo más peligroso, de todo, es que me llegue a creer tu mentira de que soy una muñeca de trapo.

1997

El molde

Encontrado en los papeles viejos, escrito por una adolescente de 17 años.

-Siéntate en el banquillo, vamos a ver si cumples con los requisitos: ¿Llevas vestido? ¿Zapatos blancos? ¿Cabello largo? ¿Pides permiso a tus padres para salir?
-Sigue allí, sentadita sobre el volcán- Cuidado te ensucias las medias- ¿Cuántos años? – No te preocupes, llegarás a ser alguien-

-Sigue girando, mientras la vida te pasa frente a tus narices.-

Mañana, tal vez, mañana todo sea diferente.

-Has sido una niña buena- - Hay tantas cosas maltratadas, usurpadas ahí dentro-

-Vives con miedos y traumas ajenos-

-Lo tienes todo: techo, comida, familia…-

¿Ellos no saben? – Esa no sos vos-

-Eres otra, otra que ellos han ido esculpiendo desde tu nacimiento.-

-A veces huyes del molde, pero no tienes a dónde ir y regresas vencida, con los brazos caídos y las pupilas cerradas.-

Tres días de descanso y un susto

La voz sonaba un poco ansiosa por el teléfono. –Tiene que venir lo más pronto posible, la doctora la tiene que revisar. – No había mucha opción así que decidí salir cuanto antes para que me evaluara un médico.

Había regresado de México el 13 de abril con una infección respiratoria que ya había sido tratada con antibióticos aunque aún no me recuperaba del todo. En condiciones normales hubiera dejado que el tiempo hiciera su trabajo, pero bajo las nuevas circunstancias esto no era posible.

El 24 de abril de 2009 el gobierno mexicano cerró temporalmente las escuelas debido al surgimiento de un brote de un nuevo tipo de influenza que ya había dejado muertos. Así que el 27 de abril después de haber hecho el reporte telefónico de mi viaje a México la secretaria me devolvió la llamada y con voz nerviosa me pidió ir cuanto antes.

La doctora me hizo respirar varias veces, me iluminó los oídos y finalmente me envió de emergencia para la Clínica. Tal premura en los servicios del Seguro Social es completamente anormal, así que me asusté.

La Clínica, como siempre, era un hervidero de gente, niños llorando, personas quejumbrosas de mirada caída y yo ni siquiera sabía a dónde o quién dirigirme. Una enfermera pasó y me vio deambulando frente a la puerta de emergencias, no sé si mi susto era tan evidente que me prestó atención de inmediato y se llevó el papel que le di presurosa, mientras me dejaba con la palabra México colgada de los labios.

Regresó con dos cubrebocas que me hizo colocar rápidamente. Sentí como un abismo se abría entre mis vecinos y yo. De repente en aquella multitud yo tenía un espacio para mí sola. Esperé poco rato y el médico me recibió con un cubrebocas grande que solo acrecentó mi ansiedad.

Nuevamente respirar profundo, nuevamente los oídos iluminados, la boca grande abierta… todo de nuevo. – Todo indica que esto no es- La voz más dulce que nunca haya oído. – Esto es una bacteria, le voy a mandar un medicamento más fuerte, un reposo de tres días, exámenes de sangre y se deja la mascarilla puesta hasta que salga de la Clínica-.

Fue así como esto del brote de la gripe H1N1 me dio un gran susto y un descanso de tres días por un dolor de glándulas y una congestión leve. Salí de la Clínica con un círculo de soledad a mi alrededor.